La historia detrás de KUMI
Si te gusta el salseo y las historias con final feliz, prepárate que vienen curvas.
KUMI es nuestra historia,
la de dos almas inquietas
destinadas a encontrarse y crear el proyecto de sus sueños
En un extremo del charco está Sergio, un chico de Veracruz (México) que se dejó llevar por su amor por el fútbol y la aventura. Tan loco estaba que se fue a hacer una maestría a Barcelona con la excusa de "ampliar horizontes", pero todos sabemos que en el fondo soñaba con cruzarse con Messi en Las Ramblas. Mientras tanto, en una isla paradisíaca del Mediterráneo llamada Mallorca, estaba Alexandra, con un espíritu emprendedor que siempre la caracterizó. Desde pequeña, ya le decían en casa: “esta niña siempre está buscando hacer negocio”. Y no se equivocaban.
El destino quiso que nos encontráramos en Barcelona, en una de esas cenas de “viene el primo de mi novio”. Y boom, saltaron chispas. Tanto, que comenzamos una relación a distancia México-España que hubiera dado para varias temporadas de Netflix. Comenzaron los viajes, el conocernos mutuamente, el aprender que los tacos no pican tanto y que no todo es paella y sangría... hasta que un día, entre risas y con un par de cervezas de más, surgió: “Oye, ¿y si montamos algo juntos?”. Así que decidimos crear un proyecto conjunto, pero no uno cualquiera, sino toda una vida en común.
Y ahí empezó el lío monumental.
¿Dónde vivir? ¿Cuándo mudarnos? ¿Qué hacer con nuestros trabajos?
Pues nada, hicimos lo que haría cualquier persona sensata: mandamos todo a paseo y nos mudamos a Barcelona, la ciudad testigo de nuestro flechazo. Nos instalamos en un barrio que no conocíamos, en un piso que era más experimento que vivienda (los que buscáis alquiler en Barcelona entenderéis el drama), y nos lanzamos a por nuestro sueño: vivir de nuestra pasión y aportar algo único y valioso a la sociedad.
Nos dijimos: si vamos a dar este salto al vacío, ¿por qué no hacerlo con algo que realmente nos apasione? Lo que nos encanta son las zapatillas. Siempre llevábamos zapatillas cómodas, listos para embarcarnos en cualquier aventura, y nos encantaba detenernos en las tiendas para descubrir las novedades. Podíamos pasar horas discutiendo sobre el último lanzamiento de cualquier marca, porque para nosotros, era el tema más apasionante del mundo.
Y así, casi sin darnos cuenta, entre risas, miedos y alguna que otra crisis existencial, nació KUMI. De nuestra pasión y las ganas de crear algo que saliera del corazón. Pero no queríamos unas zapatillas cualquiera, sino unas que reflejaran nuestros valores, que fueran outstanding: